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Mindfulness en Educación

Ficha Tamara


“La atención es la clave para aprender y la meditación te ayuda a regularla” 

Bajo esta afirmación de  Richard Davidson, director del Laboratorio de Neurociencias afectivas de la Universidad de Wiscosin, se advierte el valor que es otorgado a pensamientos, emociones, sentimientos y comportamientos para gestionar nuestra atención y, consigo, atraer mejoras sustanciales en un plano físico y psicológico, contribuyendo a la creación de actitudes y comportamientos saludables.  

En los últimos años, han destacado investigaciones que demuestran el poder de la meditación para fomentar aspectos tales como la autoconciencia, la empatía, la memoria, la capacidad de aprendizaje y la creatividad. Así, entre los estudios científicos más relevantes en este ámbito, resulta notorio el realizado por un grupo de psiquiatras del hospital General de Massachusetts, donde, desde la medicina, se han comprobado beneficios cognitivos y psicológicos como resultado de la meditación.

Para esta investigación, tomaron imágenes por resonancia magnética de dieciséis voluntarios, dos semanas antes y dos después a la realización de un programa de mindfulness, basado en la meditación diaria durante 27 minutos en un periodo de dos meses.  De este modo, apreciaron un incremento  en la densidad de la materia gris en el hipocampo, siendo el área esencial del cerebro para el aprendizaje, la memoria o estructuras relacionadas con la autoconciencia y la compasión.

 A su vez, las investigaciones sugieren que la meditación tiene un impacto directo sobre el rendimiento académico. De forma precisa, existen evidencias científicas de los siguientes efectos en relación a las habilidades cognitivas y el rendimiento académico:

  • Mindfulness mejora las habilidades atencionales, incrementa la habilidad de mantener la atención y de orientar la atención (Jha et al., 2007; Lazar, Kerr, Wasserman y Gray, 2005) y se emplea exitosamente en personas diagnosticadas con autismo y con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH (Zylowska, Ackerman, Yang et al., 2008)
  • Mindfulness incrementa la habilidad cognitiva de procesar la información de forma rápida, con precisión y exactitud (Toga, 2012; Slagter et al., 2007)
  • Mindfulness mejora el rendimiento académico (Cranson et al., 1991; Sugiura, 2004)

 

Pero, ¿qué es mindfulness? En una época caracterizada por las prisas y distracciones, el tradicional enfoque empleado en la gestión del tiempo comienza a quedar obsoleto en favor de enfatizar la gestión de la atención. Así, mindfulness es una forma práctica, y al alcance de todos, de conseguir romper los ciclos de estrés antes de que estos se disparen sin control,  pudiendo así disfrutar de una mejor calidad de vida.

Este hecho, es totalmente transferible al ámbito educativo donde, cada vez con más frecuencia, nuestros niños encuentran su tiempo limitado al desarrollo de clases, actividades extraescolares y deberes. Esta multitarea precisa de una atención dividida en una gran cantidad de quehaceres al mismo tiempo, lo cual supone una pérdida de calidad, eficiencia y tiempo.

Así, la psicología contemporánea ha adoptado al mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia y responder más habilidosamente a procesos mentales, siendo descrito como una clase de conciencia centrada en el presente, no elaborativa ni condenatoria, en la que cada pensamiento, sentimiento o sensación que surge en el campo atencional es reconocido y aceptado tal y como es (Segal, Williams y Teasdale, 2002).

Además, cabe destacar que, a pesar de sus raíces en el budismo, esta técnica de atención plena se encuentra desvinculada de toda connotación religiosa, marcando la importancia del presente, sin juicio ni aferramiento.

Por tanto, tras la exposición de los beneficios y ventajas de aplicar esta técnica en nuestro día a día, me gustaría centrar su enfoque en la aplicación dentro de las aulas.

De este modo, una propuesta para ser desarrollada con nuestros niños/as surge de la lectura de “Luces de amor: cuentos para leer a tu hijo e infundirle calma, confianza y creatividad” de David Fontana. Recurriendo a los cuentos como experiencia previa a la meditación, incluyendo afirmaciones positivas, a través de las cuales lograr extraer un significado, fomentando, a su vez, el desarrollo de un pensamiento crítico-reflexivo.

Para ello, previo a la lectura de estos relatos, podemos ayudarlos a relajar su cuerpo y mente a partir de pautas como las que se presentan:

“<

Respira de una manera lenta y profunda por la nariz y deja que el globo que hay en tu barriguita se llene poco a poco.

Saca ahora el aire tan lentamente como puedas por la

nariz y deja que el globo se vaya haciendo cada vez más pequeño has que no quede nada de aire en la barriguita>>

Pídele que respire cuatro veces más de esta forma y luego dile

<

Ahora, lenta, muy lentamente, ve abriendo la flor, pétalo por pétalo, y estírate. Abre del todo las manos. Extiende los dedos. Haz que crezcan cada vez más y más. Fíjate, tus manos parecen unos bellos pétalos.

Deja ahora caer las manos. Suéltalas. Son pesadas…

Relaja los pies hasta sentir que pesan tanto que no puedes levantarlos. Imagina que están relajados y calentitos. Imagina después que que esta agradable y cálida sensación va subiéndote por las piernas y que se va extendiendo por todo el cuerpo, llegando al cuito, a la barriguita, a las manos, a los brazos, al cuello e incluso a la cabeza.

Relaja ahora la mente. ¿Está lista para escuchar? ¿Para escuchar el cuento que voy a contarte? ¡Yo creo que sí!>>

Fontana, D. (2003), “Luces de amor. Cuentos para leer a tu hijo e infundirle calma, confianza y creatividad”, Oniro, pp. 24-25.

En definitiva, a través de esta técnica, ayudamos a nuestros  alumnos/as  a aprender de forma más efectiva  a la vez que prestamos atención a sus ideas y sentimientos, utilizando la educación emocional como vehículo de aprendizaje.

Y recuerda…” Lo decisivo para traer paz al mundo es nuestra conducta diaria” Jiddu Krishnamurti.